Por Elena Bandrés @Meleban
“La violencia contra las mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual”, afirma la ONU. Dentro de los tipos de violencia reconocido por este organismo, el feminicidio, definido por la RAE como “asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia”, supone la punta de un iceberg esculpido durante siglos con patrones culturales que siguen anclados en nuestra base social. Por lo tanto, un asesinato machista no es una simple noticia de sucesos, por lo que no puede ser tratada igual.
Sin embargo, los medios de comunicación siguen las mismas pautas para los dos casos, salvo en un detalle. En las noticias de sucesos aparece en la mayoría de las veces la imagen del presunto asesino, mientras que no ocurre lo mismo en las informaciones de violencia de género. La utilización de la imagen de la víctima, los testimonios irrelevantes del vecindario, que muchas veces justifican de manera inconsciente el hecho delictivo, y la transmisión de imágenes y declaraciones, a veces poco convincentes, de las autoridades cortocircuitan los procesos para generar la primera condición por la que un crimen debe ser rechazado: conciencia social. La conciencia social necesaria e indispensable no sólo para condenar estos crímenes de terrorismo machista, sino para asumir que los feminicidios afectan al cien por cien de la sociedad, no sólo a la mujer asesinada y a su familia.
En este sentido, llama la atención que este tipo de relato no se aplique por igual cuando el asesinado es un hombre y la naturaleza del delito se circunscribe a otros terrorismos.
Tras analizar las informaciones recogidas en los diferentes medios de comunicación, se puede afirmar que los medios han renunciado a su papel como ‘formadores de conductas’, por dos razones: por la falta de un método adecuado que evite caer en estos errores y por la ausencia de un protocolo de actuación que los diferentes gobiernos de España sí que han puesto en marcha con otro tipo de crímenes.
En 2004 se promulgó la primera Ley Integral contra la Violencia de Género y, tras la adopción de numerosas y diferentes iniciativas judiciales, educativas y sociales por los diferentes gobiernos sucedidos en el Estado Español, así como en todas las Comunidades Autónomas, una serie de hombres siguen matando a las mujeres cuando su relación sentimental deja de funcionar.
La violencia contra las mujeres se está abordando en numerosos frentes, pero falta poner en marcha con los medios de comunicación un protocolo de actuación por parte del Ministerio del Interior, con el fin de que los medios dispongan de las imágenes y testimonios necesarios que eviten convertir los feminicidios en simples noticias de sucesos.
Elena Bandrés expuso esto hace unos días en un seminario virtual, con resultados de sus investigaciones con el grupo Gicid de la Universidad de Zaragoza.
Foto: Nino Carè @ninocare