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Elena Bandrés: “Fue la ONU quien definió la violencia machista”

Nuestra socia Elena Bandrés Goldáraz ha recibido uno de los Premios Menina 2022 que concede el Gobierno de España, Ministerio de Igualdad,  a quienes destacan por su trabajo contra la violencia machista. La foto de portada, de Javier Cebollada, recoge el momento de la entrega del galardón por Fernando Beltrán, subdelegado del Gobierno en Zaragoza. Bandrés es, desde 2009, profesora de Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad de Zaragoza. Hizo el máster de esta universidad en Relaciones de Género y es autora del proyecto MaiTV para el programa EnseñArte del Gobierno de Aragón. Imparte cursos de formación en género en distintas instituciones y universidades de España e Italia. La Asociación de Periodistas por la Igualdad ha sumado este premio a su celebración del 25N y ofrece esta entrevista en la que Bandrés habla de su visión del feminismo y su trabajo por el fin de las violencias contra las mujeres.

 

Pregunta.- Acabas de recibir un Premio Menina 2022, ¿qué sensación te produce?

Respuesta.- Mucha alegría y mucho agradecimiento a la Delegación del Gobierno en Aragón y a la Unidad de Coordinación sobre la violencia contra la mujer, por reconocer el trabajo que estamos haciendo contra los estereotipos de género que alimentan las violencias contra las mujeres.

P.- ¿Está avanzando el feminismo?, ¿la igualdad?

R.- Buff, pues teniendo en cuenta que estamos en el siglo XXI, debería decir que sí, porque las leyes avanzan para conseguir la tan deseada igualdad, pero resulta que no es así porque lo que las leyes promueven, una parte de la sociedad en su fuero interno lo rechaza. Esto hace que el feminismo (un movimiento social que busca la igualdad entre mujeres y hombres) retroceda porque quienes rechazan la igualdad siguen con su feroz resistencia a perder privilegios, en lugar de entender que van a ser infinitamente más felices en situaciones de igualdad.

P.- ¿Cómo se relacionan feminismo y periodismo?

R.- Como pueden. El periodismo lo llevan a cabo personas, que como tales, se encuentran dentro de una sociedad machista y algunas de estas personas, en su mayoría de manera inconsciente, reproducen los estereotipos con los que se han criado y con los que conviven. Esto hace que les parezca normal no incluir a ninguna mujer como experta, en un elenco de diez personas consultadas, para hablar de empresas, economía y tecnología, o que no resulte raro incluir antes a un catedrático que participa en una investigación en lugar de a la investigadora principal (IP), que es la directora, es la que manda en ese asunto. ¿Esto se hubiera producido al revés? Evidentemente no. 

P.- Hablando de machismo, que el lenguaje no es inofensivo ¿lo supiste siempre, fue poco a poco o saltó una chispa? 

R.- Yo empecé poco a poco porque afortunadamente tuve una familia en la que mi padre, sin decirlo, era completamente feminista y con una mentalidad hiperabierta que siempre apoyó a sus hijas en todo. Además de cocinar, compraba y limpiaba y mi madre pudo hacer otras cosas fuera de casa. Mi reflexión feminista empieza leyendo las crónicas periodísticas en 1995 de la Conferencia de la ONU en Beijing. Fue un shock conocer todo lo que allí dijeron y cuál debía ser la agenda para cambiar y erradicar esas situaciones de pobreza, desigualdad e invisibilidad de la mujer, además del tratamiento de la violencia de género en los medios. A partir de aquí empecé a ponerle nombre a muchas otras violencias, pero no es hasta mi llegada a la Universidad de Zaragoza como profesora asociada en 2009 cuando empiezo a investigar y a escribir sobre ello.

P.- No paras de ‘predicar’ y abrir ojos ajenos. ¿Es éste el camino?

R.- Es uno de los caminos. Hay muchos más. El más rápido y eficaz sería convencer a guionistas y responsables de las productoras en las que se hacen las series y programas de televisión para que se “deconstruyan” y analicen la presencia y uso de los estereotipos dentro de la narrativa audiovisual. Me encantaría darles un pequeño taller para lograrlo. En realidad es fácil. La cuestión es ponerse. Pero el beneficio social sería inmenso. Si las empresas audiovisuales no cambian tendremos que seguir en los colegios y universidades utilizando las herramientas de la alfabetización mediática con el alumnado.

P.- También investigas sobre la presencia y pervivencia de los estereotipos de género en series de televisión y adolescentes. ¿Tienen algo que ver estos estereotipos con la violencia y la desigualdad?

R.- Sí, muchísimo. Los estereotipos de género, en las series, lo que hacen es reafirmar conductas y patrones de comportamiento. En las comedias, a través del humor, se baja la guardia ante los chistes que humillan a las mujeres y, a base de repetirlos como  latiguillos, se incorporan como  aprendizaje (por simplificar todo este entramado). Muchos de los productos culturales audiovisuales  actuales incumplen la legalidad vigente y chocan frontalmente contra los diferentes planes y leyes, tanto estatales como europeos, creados para luchar contra la violencia de género. Es complicado imponer nada a nadie y menos a quienes crean productos culturales, pero no se puede hacer humor a base de denigrar a las mujeres, al menos sin que aparezcan otros personajes que contrarresten este tipo de agresiones. El derecho a la libertad de expresión que fundamenta la creación cultural puede, en estos casos, conculcar derechos fundamentales recogidos en la Carta Magna. ¿Alguien se ríe ya con el show de Benny Hill? Pues eso. Yo aquí sí que pediría “un poquito de por favor”. Por otro lado está el aumento de la pornografía. Es enorme el daño que está causando en los varones jóvenes, no solo porque interiorizan la cosificación de la mujer al convertirla en un objeto sexual, sino porque les está afectando ya en el desarrollo de su propia vida. La pornografía es una epidemia que está haciendo un daño brutal en las relaciones hombre-mujer y, sobre todo, está afianzando el yugo de la sociedad machista en la que vivimos. Hay que considerarla un problema de estado.

P.- ¿Qué argumento antepones al actual negacionismo de la desigualdad y la violencia? ¿Y cómo podemos hacer valer las evidencias?

R.- Te contesto con otra pregunta, ¿cómo es posible que sólo un partido político de los 18 que cuentan con presencia actual en el Congreso de los Diputados (y Diputadas) haya hecho bandera del negacionismo de la violencia de género? Fue la ONU quien definió este tipo de violencia y la ONU la forman casi 200 países. Y luego hay instituciones como el Consejo de Europa que impulsó en 2011 el primer instrumento vinculante contra la violencia contra la mujer. Lo que se conoce como el Convenio de Estambul y que España lo ratificó en 2014. Este es el tratado internacional más importante para luchar contra la violencia hacia la mujer. Quien quiera seguir sin ver que existe la violencia específica contra la mujer que siga, pero que se ponga un cartelito en el pecho que ponga “soy un ignorante”, “soy una ignorante”.

P.- ¿Ves estrategia política en las últimas discrepancias entre colectivos feministas? 

R.- Sinceramente no veo estrategias políticas sino empecinamientos, incluso personales, que no sé a qué corresponden. Hay evidentemente discrepancias pero no debería haberlas, porque la división solo favorece al enemigo, que es el sistema machista en el que vivimos.

P.- Eres Periodista por la Igualdad. ¿Cómo entiendes el asociacionismo? ¿Hacia dónde debemos llevarlo?

R.- Hay que asociarse para unir fuerzas, pensamientos y compromisos. Asociarse es clave para ponerse en contacto con personas que sufren los mismos problemas, entre otras cosas. El asociacionismo fue lo que impulsó el Feminismo y al revés. Primero hay que tomar conciencia del problema, después hay que unirse, asociarse para luchar de manera conjunta. En el caso de la Asociación Periodistas por la Igualdad nuestro ámbito de actuación es tanto concienciar al resto de periodistas para que reflexionen y analicen si tienen sesgos personales que pueden afectar a su trabajo, con el fin de que muestren una sociedad igualitaria donde mujeres y hombres aparezcan en igualdad en sus formaciones, como alertar a la sociedad de los problemas que la desigualdad generan directamente en las personas. Somos comunicadoras y comunicadores (que también tenemos socios) y hacemos de la pedagogía nuestra principal aliada.

 Aquí la bio completa de Elena Bandrés.

 

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