Somos periodistas feministas

Formación para esquivar el machismo

Formación y pacto de Estado fueron los términos más repetidos durante el debate sobre medios de comunicación y violencia machista que celebramos el pasado 25 de junio en la biblioteca de Aragón. Pero también se oyeron voces como voluntad y presupuesto. Quedó claro que a los periodistas nos falta formación para abordar las informaciones con perspectiva de género, o lo que es lo mismo, no sabemos crear contenidos sin incurrir en machismo.

El acto tuvo lugar en un nefasto día en el que Raquel fue asesinada. Su triste muerte se suma a las de otras 17 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en 2018, asesinatos que dejan a trece menores huérfanos. Sí, Raquel tenía una hija de 10 años. El asesinato de Raquel se suma a un total de 869 entre 2010 y 1017 (según los datos de feminicidio.net). Pero aunque fue un día trágico, por otro lado vimos esperanza y ganas de cambiar las cosas gracias a Natalia Salvo Casaús(directora IAM Gobierno de Aragón), Isabel Poncela (Agencia EFE), Pablo Carreras (Aragón TV), Mª Ángeles Millán (Universidad de Zaragoza UCC Unizar), Rosa Fernández (abogada miembro de Themis) Y A TODO EL PÚBLICO ASISTENTE. Se creó un debate interesante en el que se llegaron a conclusiones.

Isabel Poncela hablaba de la necesidad de un “pacto de estado” contra la violencia de género. También de la necesidad de huir de los estereotipos a la hora de informar y de la necesidad de tener a mujeres en los puestos de decisión. Pedía acabar con las declaraciones vacías de vecinas o vecinos que no aportan nada a la información.

María Ángeles Millán (directora de la Cátedra sobre Igualdad y Género) nos recordó la importancia de “la educación feminista”. También nos hizo recapacitar sobre el término “igualdad” ya que, comentaba María, “es muy complejo”. Concluyó con una reflexión que conviene tener presente: “el lenguaje es un aparato ideológico”. “Nos tenemos que reeducar” concluía.

Rosa Fernández era sincera cuando decía que “aún nos cuesta detectar el machismo” y sí, “informar sobre violencia machista es complicado” pero no olvidemos, afirmaba, que “la perspectiva de género es constitucional”. Algo tan claro, tan sencillo pero a la vez tan complejo como eso. En cuanto al tratamiento de las informaciones ella echa en falta SIEMPRE un contexto que huya del sensacionalismo en los feminicidios. Además, cuando se buscan expertos “siempre son fiscales, jueces o policías cuando de lo que estamos hablando es de un problema social”. Para solucionar este sesgo en la información aconseja dar voz a profesionales de ámbitos como la sociología, psicología, educación… Es decir, recomienda encarecidamente ABRIR EL FOCO.

Pablo Carreras nos ilustraba con un ejemplo la falta de sensibilidad de los medios y un error claro en la Agenda Setting. En la portada de un diario aparecía la noticia del asesinato junto a una imagen de celebración de unos futbolistas. Esto es “una machada” afirmaba. Algo absolutamente cierto que responde a una falta de “visión de género”. Pablo aboga (y todas las personas presentes) por la necesidad de una “visión transversal de género” en los medios de comunicación. Pero esto pasa por “una apuesta firme del medio de comunicación”.

NECESITAMOS APRENDER A CREAR CONTENIDOS PERIODÍSTICOS FEMINISTAS PORQUE NO ESTAMOS LUCHANDO CONTRA EL MACHISMO

¿Inconscientemente? A veces sí y a veces no. Esto último es lo más peligroso y preocupante. Algo tan arraigado cuesta erradicarlo, sobre todo si hay vendas en los ojos y si falta conciencia de la magnitud del problema. Tenemos que aprender a hacerlo bien, a aportar un periodismo más justo que, por sí solo, luche contra las desigualdades entre mujeres y hombres.

Los y las periodistas asistentes pidieron guías, fórmulas concretas para abordar las informaciones no sólo de violencia machista, que es la cúspide terrorífica de las desigualdades, sino de cualquier cuestión que implique o afecte a las mujeres. La forma de trabajar, con estas medidas concretas, es lo que se denomina perspectiva de género, que no es ni más ni menos que la colocación de las gafas moradas del feminismo.

El periodista Pablo Carreras reconoció que “no sabemos hacerlo mejor; por eso tenemos tanta necesidad de aprender e interiorizar”. La periodista Natalia Martínez habló incluso de “especialización”. Aplicar la perspectiva de género a la información es un mandato constitucional para lograr la igualdad. Los medios -se dijo en el debate- tienen que contar lo que sucede y por qué está sucediendo. Y es de relevancia cómo se cuente. Una discusión quedó aplazada por falta de tiempo: el lenguaje como herramienta de poder.

De acuerdo en que hace falta educación feminista; sin ella el mundo va a la deriva con esta feroz violencia producto del machismo. Pero no podemos sentarnos a esperar resultados dentro de veinte años. Las calles están pidiendo vigilancia policial, las sentencias, dureza ejemplarizante y los consumidores de información, un periodismo no machista.

En el debate, la periodista Elena Bandrés propuso la firma de un protocolo de actuación coordinada con la policía, “porque las informaciones sobre violencia carecen de una imagen condenatoria”, dijo. Y alguien recomendó el sitio web informarsobreviolenciamachista.com.

La imprescindible implicación de los directores de los medios quedó también flotando en el aire. Al acto asistieron Teresa Azcona, la nueva directora de la CARTV, y el nuevo director de El Periódico de Aragón, Nicolás Espada. Si duda, un ejemplo ambos para sus colegas. Los dos expresaron su voluntad en poner cartas sobre el asunto. Nicolás incluso propuso poner todos los medios a su alcance para acabar con la violencia contra las mujeres desde las páginas de su diario.

A las/los directores de medios, a periodistas, al público asistente, os  damos la bienvenida a esta irremediable lucha. Y millones de gracias a las cinco personas que se sentaron en la cabecera: Natalia Salvo, directora del Instituto Aragonés de la Mujer; los periodistas Isabel Poncela y Pablo Carreras, la jurista Rosa Fernández y la investigadora Mª Ángeles Millán, directora de la Cátedra de Igualdad de la Universidad de Zaragoza.

Por: Rocío Ibarra y Carmen Serrano

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